Exgerente de la Fábrica del Licores salta del Orozquismo al gobierno de Johana Aranda

El que fuera escudero de Ricardo Orozco ahora figura como asesor jurídico en la Alcaldía de Ibagué. ¿Quién lo llevó? ¿Por qué se alejó del orozquismo? ¿Qué tiene que ver el Yepismo? El nombramiento que confirma que el castillo de Orozco se está desmoronando ladrillo por ladrillo.
Redacción
3 abril

Hay movimientos que pesan más por lo que rompen que por lo que construyen. La llegada de Franz Bedoya —exficha del círculo cercano del exgobernador Ricardo Orozco— al gobierno de Johana Aranda no solo es una jugada inesperada, sino un golpe en la mandíbula del orozquismo, que comienza a mostrar fisuras evidentes en su estructura.

Bedoya, con pasado visible en la Fábrica de Licores del Tolima y aspiraciones políticas propias (ya fue candidato en El Espinal y a la Asamblea), apareció en los registros de contratación como asesor de la Secretaría Jurídica Municipal. ¿Y quién es el jefe allí? Miguel Ángel Aguiar, exdefensor del Pueblo y cuota del Yepismo. ¿Y quién llevó a Bedoya a la Fábrica de Licores en 2020? Jaime Yepes. Todo conecta. Todo huele a reacomodo.

El zarpazo del Yepismo y la soledad del exgobernador

Lo más picante no es el nombramiento en sí, sino lo que implica: Orozco pierde fichas. Bedoya no es cualquier funcionario. Era considerado un soldado leal, casi inseparable. Pero el escándalo de las ventas de la Fábrica de Licores en 2024 y el desmadre administrativo que salpicó a medio mundo —con Franz como chivo expiatorio— lo dejó en el limbo… hasta ahora.

El Yepismo, que muchos daban por marginado, demuestra que sabe recoger heridos, reagrupar tropas y posicionarse estratégicamente. Johana Aranda, que ha tejido su gabinete con hilos invisibles pero calculados, abre espacio para un hombre que carga con historia, votos y cicatrices.

Cambio Radical: ¿quién manda aquí?

Y mientras tanto, en Cambio Radical, el ambiente está como el del reality La Casa de los Famosos. Aquileo Medina se sostiene como coordinador local ante la dirección nacional, pero con Franz en la administración Aranda y el yepismo estirando la cobija, las cuentas internas no cuadran. ¿Quién controla realmente la maquinaria? ¿Y a cuántos más se les caerá la fidelidad?

El castillo de naipes empieza a tambalear

La política es dinámica, sí. Pero también es simbólica. Que Franz Bedoya —uno de los alfiles visibles del orozquismo— cruce la calle y termine en un cargo del gobierno Aranda, gestionado por el Yepismo, no es coincidencia: es mensaje.

Se empiezan a mover las fichas del ajedrez político en el Tolima, y si este es el primer peón que cambia de color, prepárense, porque vienen reacomodos mayores. El 2026 y 2027 ya están en el radar, y los bloques que parecían sólidos comienzan a agrietarse. Franz no se fue por un contrato: se fue por supervivencia. Y su salto deja claro que el orozquismo ya no es el club al que todos quieren pertenecer.

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