La maquinaria política en el Tolima se reacomoda y lo hace con una movida que pocos veían venir. En un evento que desbordó la sede de Coopemtol, el exalcalde de Ibagué, Andrés Hurtado, recibió oficialmente las banderas del Partido de La U y se posicionó como su máximo líder en el departamento. Con más de 10.000 asistentes, la jornada no fue una simple ceremonia de adhesión política: fue un golpe de autoridad y una demostración de fuerzas que reconfigura el mapa de poder con miras a 2026.
La escena estuvo cargada de simbolismo. Desde un discurso vehemente en el que Hurtado marcó distancias con su pasado político (“Ya no estaremos más en casas arrendadas con dueños tiranos”), hasta un inesperado minuto de silencio decretado por Alexander Vega Rocha, copresidente de la colectividad.
“Este es un homenaje póstumo a esos políticos que han hecho mal las cosas en el departamento. Hoy nace nuevamente el partido con una cabeza visible como el presidente Andrés Hurtado”, lanzó con un tono que dejó claro que el pasado pesa y las purgas internas están en marcha.
No menos llamativas fueron las palabras del exrepresentante Jaime Yepes, un veterano de la política regional que decidió entregar el testigo al nuevo presidente del partido. ”Ni un paso atrás, vamos unidos por el Tolima”, exclamó, dejando entrever que esta jugada no es un simple cambio de nombres, sino el nacimiento de un proyecto con aspiraciones nacionales.
Las adhesiones no se hicieron esperar. Norma Hurtado, senadora de La U, elevó la figura de Andrés Hurtado a la de un renovador que traerá “una política amplia de oportunidades”, mientras que Clara Luz Roldán destacó la multitudinaria asistencia: “Nos habían dicho que asistirían unas 5.000 personas, pero estoy segura de que aquí hay más de 7.000. Dejaron la vara muy en alto”, exclamó con tono de sorpresa y admiración.
Con este espaldarazo, Andrés Hurtado asume las riendas de un partido que busca reposicionarse en el tablero político, dejando atrás viejos cacicazgos y abriendo camino a una nueva era de alianzas y estrategias.
La pregunta ahora es: ¿será este movimiento la catapulta de Hurtado hacia un futuro electoral de mayor envergadura? En la política, nada es casualidad y todo está fríamente calculado. El 2026 está a la vuelta de la esquina, y lo que hoy parece una conquista regional podría ser el primer paso hacia un juego mucho más grande.